Ella se identifica con los valores que definen a la marca, destacando entre ellos la familiaridad e inclusión.
fotos: Natalia Boccalon y Luis Valdez
“Estar al frente de una marca tan afamada, pero también con una historia y legado tan fuerte es un reto bastante grande que asumo con mucha responsabilidad. No solo debemos cumplir con los requerimientos locales de llevar una tienda de lujo sino, además, las exigencias de la casa matriz”, afirma María Consuelo Bonilla quien, junto a su madre Patricia Lama, son las propietarias de la franquicia Salvatore Ferragamo, en la República Dominicana, desde hace 20 años.
Toda su vida ha estado interesada en el mundo de la moda, pasión que heredó de su progenitora. Debido a esto, se motivó a realizar estudios en Fashion Marketing and Merchandising en Polimoda, Escuela de Moda en Florencia. Además, cursó un Associate Degree en Hospitality Management, con mención en negocios, en la Florence University of the Arts, en Italia, para luego culminar su Bachelor’s Degree in Science en Hospitality and Tourism Management, en la University of Massachusetts.
Ella se considera una persona auténtica que cada día trata de apegarse a lo que la hace realmente feliz: su familia, el centro de su vida. Entre sus aficiones, nos cuenta que: “Soy amante de la moda, del buen comer y la playa. Me alegra el alma estar rodeada de personas queridas y atesoro cada momento con ellos”.
En ese tenor, asegura que la lectura es una de sus grandes pasiones, ya que puede transportarse a otro país, otro momento en la historia, y hasta a mundos diferentes. “Amo adentrarme en la vida de un personaje y, a través de él, incluso, descubrir cosas nuevas de mí misma”.
Habitualmente, en el plano profesional, sus días varían entre el ámbito mercadológico y administrativo, el desarrollo de ideas de activaciones de marca, eventos y estrategias, al igual que, cuatro veces al año, es la encargada de seleccionar las piezas para la boutique, pero, previo a esto, estudia las tendencias en el mercado y las necesidades actuales de los consumidores.
“Me encanta mi trabajo y siento una gran pasión por lo que hago”, comenta. María Bonilla resalta que, en sus años inmersa en esta industria, ha logrado reinventarse constantemente, pero algo que se mantiene intacto en su esencia es su identificación con los pilares que definen a esta firma de lujo italiana, como el valor familiar, la inclusión, el respeto por el medio ambiente y la importancia del trabajo en equipo, aunque también destaca la calidad de sus productos artesanales.