Eres una mujer joven que ha logrado destacar en el mundo empresarial. ¿Cuál fue el momento clave en el que decidiste apostar por tu propio camino? Creo que esa decisión realmente llegó después de haber estado en la empresa por alrededor de seis meses. Durante ese tiempo, experimenté intensamente lo que se conoce como el síndrome del impostor. De hecho, en ese momento, incluso estaba explorando otras oportunidades laborales, considerando cambiar de rumbo.
Mi principal motivación para irme era la sensación de no ser lo suficientemente buena para el cargo que ocupaba. Tenía miedo al fracaso, al error y a no cumplir con las expectativas. Pero un día, vi una frase en Instagram que decía: ‘¿Y si te quedas a ver qué pasa?’.
Desde ese momento, comencé a poner más esfuerzo, no solo en mi trabajo, sino en cómo me percibo a mí misma. Aposté por mí cuando casi estaba a punto de saboteármelo todo, y me dije: ‘Vamos a ver qué pasa’. Tomé clases de oratoria, cursos de toma de decisiones, negociación y liderazgo. Aprendí a hacer preguntas, incluso las que podrían parecer tontas, si eso me ayuda a entender mejor la situación en el momento. También aprendí a actuar a pesar del miedo. En ese proceso, entendí que el crecimiento personal y profesional viene de la acción, incluso cuando hay incertidumbre. Y aquí estamos, tres años después.
Liderazgo joven
En tu rol dentro de Delta Comercial, ¿cómo contribuyes a la evolución y modernización de la empresa? Esta empresa tiene más de 60 años de operación, y gracias al excelente liderazgo de la gerencia y la presidencia, muchos empleados han sido parte de la familia Delta durante años. La empresa ha crecido y evolucionado con la lealtad de este equipo tan comprometido.
Sin embargo, siempre hacía falta un toque moderno. Nuestra agencia es joven, pero quizás no había alguien dentro que pudiera compartir la visión que teníamos y asegurarse de que esas ideas se llevaran a cabo. Desde un cambio de imagen hasta nuestra presencia en redes sociales, no solo para vender, sino para conectar genuinamente con las personas que nos siguen.
Hemos creado eventos increíbles y nos estamos posicionando como algo más que una marca: somos una comunidad. Ya no solo somos un catálogo de vehículos, somos un estilo de vida. La única forma de seguir evolucionando es abrazando el cambio y no temerle a la transformación.


Además de tu trabajo en Delta Comercial, ¿de qué manera buscas inspirar o impactar a otras jóvenes que aspiran a seguir un camino similar al tuyo en el liderazgo? Comparto mis experiencias no solo en el ámbito profesional, sino también en cómo enfrentar el síndrome del impostor, manejar las inseguridades y atreverse a tomar riesgos. Me motiva la idea de inspirar a otras jóvenes, mostrándoles que sí es posible convertirse en su mejor versión.
A través de mis redes sociales, comparto mis hábitos diarios, los cuales han sido clave en la construcción de una personalidad resiliente. Creo firmemente que el camino hacia el crecimiento personal puede comenzar en cualquier etapa de la vida, pero lo más importante es dar el primer paso.
Yo lo hice a los 24 años, seis meses después de haber comenzado a trabajar, cuando decidí apostar por mí misma. Quienes me conocían desde pequeña jamás habrían imaginado en quién me convertiría, y eso me hace creer que muchas personas aún no han descubierto el increíble potencial que llevan dentro. Mi mensaje es claro: si hay algo que deseas hacer, hazlo. El tiempo seguirá pasando, la única diferencia es que tomaste la decisión de empezar.
Cómo gerente de mercadeo en delta comercial, ha construido un liderazgo joven e inspira a las jóvenes ayudándolas a convertirse en su mejor versión.

