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Con el carisma y la imponente belleza de Ana Amelia Thomén Cabral, Ritmo Social celebra la llegada de la época más mágica del año. Desde el lugar donde los colonizadores tuvieron aquel encuentro con las maravillas de América: nuestra Ciudad Colonial.
entrevista Natalia Nachón fotografía Luis Vidal estilismo Joselo Franjul asistente de estilismo María Elena Roquel maquillaje Richard Vásquez peinado Elvira Sepúlveda vestuario Leonel Lirio, Luis Domínguez, Giannina Azar, Tapiruj y Nubah accesorios Afazzes Accesorios y Piu by Misura calzado Afazzes Shoes y Steve Madden flores de pascua Anthuriana locación Quinta Dominica agradecimientos María Teresa de Catrain
Una conversación con ella es detonante de chispa y carcajadas, porque así como lo es de creativa a la hora de elaborar piezas, lo es de inventiva cuando se trata de dialogar. Ana es así, de imaginación infinita, apasionada, es positiva, cómica, arriesgada y, acertado o fallido, se disfruta cada paso emprendido en la vida. Su familia la define: es madre de tres, hermana de dos y amante de las tradiciones, especialmente de las que conforman su ADN como miembro de la familia Thomén Cabral, esas que renacen cada año en San José de las Matas y en la ciudad de Santiago, su cuna y residencia.
RS: ¿Qué significa la Navidad?
Ana Thomén: Unión familiar, un estado de ánimo que deberíamos llevar todos los días.
RS: ¿Cuál es la tradición que siguen los Thomén para celebrarla?
Ana Thomén: Nuestra tradición la heredo por el lado de mi madre y las generaciones la han seguido por más de 80 años. Allí, en San José de las Matas, en la casa donde mis abuelos pasaban sus veranos, cortamos un árbol natural, hacemos fogatas y, entre diferentes generaciones, todos primos, tíos y hermanos, llegamos a las 44 personas durmiendo en la misma casa. Es un momento que no cambio por nada.
RS: ¿Quién pone el arbolito?
Ana Thomén: Desde el corte hasta la decoración todo es grupal. Unos ponen luces, otros accesorios; otros no hacen nada más que opinar y quedan esos cuantos que critican, pero todo es parte del montaje.
RS: ¿De dónde viene la vena de artista?
Ana Thomén: Definitivamente de los Cabral, mi familia materna.
RS: ¿Lo más valioso que ha aprendido de sus padres?
Ana Thomén: Sin lugar a dudas, el amor por la familia.
“La Navidad es el nacimiento de jesús, Es el momento de reflexionar y de estar en familia. la navidad es un estado de ánimo que deberíamos llevar todos los días…”
RS: Cuéntenos un poco sobre la niña que vivió y vive en usted.
Ana Thomén: Mi niñez no tendrá fin. Soy de las que hablo muy frecuentemente de cuando era niña. Y es que aún a mi edad llevo la inocencia y, hasta cierto punto, “inmadurez”. Me ha ido muy bien y no quiero cambiar, es lindo ver las cosas de otro color.
RS: ¿Es usted ahora lo que quería ser entonces?
Ana Thomén: No. Todos los días me digo que pude ser médico o estudiar diseño gráfico o arquitectura… al final, todo relacionado al “arte”, en todo el sentido de la palabra.
RS: ¿Es el artista creativo o el creativo artista?
Ana Thomén: Pues siempre digo que “artista” somos todos: el “arte” de hablar, el “arte” de cocinar, el “arte”… pero creativos somos muy pocos. Así que, definitivamente, el “creativo artista”.
RS: ¿Qué cree que cause que, a pesar de sus increíbles diseños, las personas usen el término «top model» para referirse a usted?
Ana Thomén: Bueno, mi explicación es que ser modelo es convertirte en alguien a quien otras personas quieren imitar y cuando haces un buen trabajo, es valorado como “top”, así que… (risas).
“Oscar de la Renta me dijo: ‘tienes que modelar’ ; y eso hice. Modelé para él y carolina herrera por varios años. Fue una época intensa pero inolvidable”.
RS: ¿Cómo es que llega a ambos mundos: a la moda y al diseño de joyas?
Ana Thomén: Empecé con el diseño de moda, pero la globalización, los clientes, la misma moda, la situación económica, todos son factores que te llevan a evolucionar y cambiar. Así es como llegué al mundo de los accesorios.
RS: ¿Y las pasarelas?
Ana Thomén: Ese fue mi primer contacto formal con el “mundo de los artistas”. Inicié muy joven, con la Fundación MIR. Hice los primeros enlaces con Francisco Sanchís y allí conocí a Oscar de la Renta y él me dijo: “Tienes que modelar”; y eso hice. Modelé para el mismo Oscar por varios veranos, también lo hice para Carolina Herrera y otros diseñadores noveles. No hice pasarela por mucho tiempo, pero sí te digo que fueron años muy intensos. Fue una época de ensueño, modelando por todo el mundo.
RS: ¿Qué pasa cuando regresa al país?
Ana Thomén: Tenía unos 17 años, así que hice el Secretariado, pero no me gustó. Fue entonces cuando decidí estudiar Diseño de Moda en Parsons. Regresé al país y puse mi taller de costura en Santiago, en esos años donde la mano de obra valía, cuando hacer un pantalón costaba más que importar uno; contrario a lo que pasa ahora. Duré 12 años con este proyecto, y ya luego, los clientes, los gustos, la moda misma me llevó a hacer carteras, arreglos para el cabello, accesorios… en fin, diseño artesanal, por temporadas.
RS: ¿Alguna otra habilidad oculta, Ana?
Ana Thomén: Convertir en arte todo lo que llega a mis manos. ¿La verdad? Me siento ser tan transparente que no sé que otra habilidad tengo (risas).
RS: ¿Dónde encuentra inspiración?
Ana Thomén: Inspiración es todo: el sol, la aurora, la naturaleza.
RS: ¿Qué es lo mágico de Santiago que la ha llevado a echar fuertes raíces allí a pesar de que existen esos “horizontes más prometedores” para su carrera?