DESCUBRIR.
texto Joaquín Méndez Rosa / fotografía Abedin Taherkenareh / agradecimiento Municipalidad de Isfahán
Destino evocador y fascinante por la larga historia que contiene y que se encuadra en sus más de millón y medio de kilómetros cuadrados, Irán fue conocido como Persia en Occidente hasta el año 1935 y es una nación con cerca de 80 millones de personas, de etnias muy dispares, ubicada en Oriente Medio y Asia Occidental.
Lo que aconsejan los expertos viajeros como elrincondesele.com o el bloguero Paco Nadal (http://elpais.com/elpais/2016), es que hay que alejar prejuicios. El primero indica en su web que “es un país tan seguro, que puedes ir caminando en solitario a cualquier parte, incluso de noche”. Además, también manifiesta que ha cambiado mucho la política de visados en ese país y que se pueden obtener en el aeropuerto de llegada, siempre que se tenga un billete de vuelta cerrado.
No obstante, desde cada país puede existir una legislación especial y conviene tenerla muy presente. Por su parte Paco Nadal aclara que no existe posibilidad de utilizar tarjetas de crédito y es necesario llevar dinero como dólares o euros, que son ampliamente aceptados en las casas de cambio que están por las ciudades más importantes del país.
Sus autobuses por toda la nación funcionan bastante bien y son baratos y, los hoteles, aunque tienen básicas páginas webs, se pueden reservar desde cualquier punto, aunque habrá que abonar la estancia allí, en dinero contante y sonante. Ambos expertos viajeros aclaran que en el país rige el código islámico de vestimenta, también para visitantes, lo que significa que la mujer debe llevar cubierta la cabeza en lugares públicos, pero sin excesos, basta con llevar un pañuelo.
DESTINOS DESTACADOS.
La capital de Irán, Teherán, o las antiguos centros de Chiraz e Ispahán, estas últimas ejemplo de arquitectura y también ambas un oasis en medio del desierto, son tres de los lugares imprescindibles en una visita a este país que, también, nos muestran la realidad de hoy y los vestigios de su cultura ancestral.
La ciudad universitaria de Chiraz, a unos 900 kilómetros al sur de Teherán, es también el punto de partida para visitar restos arqueológicos tan relevantes como los de Persépolis, que se encuentran a solo 50 kilómetros de allí.
Eso sí, se precisa de cierta imaginación por parte del viajero para lograr hacerse una idea de la majestuosidad de lo que fue aquella urbe, que fue destruida por Alejandro Magno en el 331 A. de C. y cuyos restos permanecieron ocultos hasta la década de los años 30 del pasado siglo.
El lugar fue declarado, en 1973, Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y los restos de Persépolis se convirtieron en el símbolo del vasto imperio que fue Persia.
Más cerca de Teherán se levanta Ispahán, que fue dos veces capital del imperio, que atesora algunos monumentos bellísimos, sobre todo mezquitas, como la Gran Mezquita, o la de Shah.
Ispahán se sitúa en una llanura a orillas del río Zayandeh y está llena de bulevares arbolados, amplias avenidas y bellísimas plazas, palacios, mezquitas y jardines. Es la tercera ciudad más poblada del país y su principal destino turístico, pero desde luego no el único.
Existen otros muchos lugares que visitar en un viaje a Irán, como la ciudad de Esfahan, donde podrá admirar los azulejos, los bazares y la vida que encierra algunos de sus barrios más populares.
A la hora de adquirir algunas piezas, tenga en cuenta que está prohibida la exportación de antigüedades y de alfombras antiguas, por lo que conviene asegurarse antes de comprarlas de que podrán sacarse del país.