Fotos: Beatriz Badía Thomén
MATERNAL.
Desde los ojos de las madres, los hijos suelen ser perfectos en todos los sentidos y, es que, cuando se trae al mundo a una criatura, ya de por sí la vida misma cambia por completo y para mejor… Así le sucedió a la protagonista de estas páginas, doña Julia Cabral de Thomén, quien nos acompaña junto a sus tres hijas, sus más grandes regalos de la vida.
Esta dama y su familia han marcado en la ciudad de Santiago un referente de elegancia, distinción e impronta en su máxima expresión. Esta madre abnegada nos dejó entrar en lo más recóndito de su corazón para palpar de cerca cómo ha sido su historia después de convertirse en mamá y aprovecha la ocasión para describir las cualidades de cada una de sus descendientes de una forma muy tierna. “Mis hijas son especiales; Rosa Julia es una mujer madura y completa; María Emilia es brillante y recta, en tanto que, Ana Amelia es eternamente divertida y creativa. Gracias a sus diferentes personalidades, aportan y me ayudan en los distintos roles en mi vida”.
Según nos cuenta, durante la crianza de sus hijas lo más importante para ella fue inculcarles valores como la unión familiar, acompañado del amor, la responsabilidad, la ética y los buenos principios. Cuando hacemos referencia a los consejos que ella les ha brindado a sus hijas en algún momento de sus vidas, nos confiesa que: “No se los doy al menos que no los necesiten, ya que ellas, por su formación, son mujeres muy seguras y capaces de resolver cualquier imprevisto que se les presente, pero como madre siempre estoy dispuesta a escucharlas y ofrecerles mi mano amiga”, puntualiza.
Si Cabral de Thomén se desvive por sus hijas, imagínese lo que hace y siente por sus nietos. Indudablemente, que en esta etapa de la vida es que se suele amar más, y en las propias palabras de Julia, pues manifiesta lo siguiente: “Si hubiese sabido que ser abuela era tan rico, los hubiera tenido a ellos primero”. Dice que su relación con ellos es muy abierta y de mucha complicidad porque le han ayudado bastante a mantenerse al día en un mundo tan distinto al que vivió en aquellos tiempos.
Al momento de hablar sobre las tradiciones entre ellas, nos dice que se reúnen para comer juntas una vez a la semana y ponerse al día con las novedades. Y si quieren saber sobre el legado que Julia Cabral de Thomén deja a sus hijas, lo verán en lo ejemplar y amorosas que hoy día ellas son.