En el panorama artístico e histórico de la República Dominicana, hay un nombre que resuena como eco en los corazones dominicanos: Freddy Beras-Goico. Fue un titán del arte, la comedia y la crítica social. Nacido en una era de cambios y convulsiones, se forjó como un pilar inamovible en el panorama artístico dominicano, un faro de luz en tiempos oscuros y un bufón sagaz que supo hablarle al poder con una sonrisa en los labios y la verdad en el corazón. Con su verbo afilado y su risa contagiosa, Freddy pintó la realidad dominicana con los colores más vibrantes y sinceros. Desde los escenarios de televisión, se transformó en un narrador incansable de la cotidianidad, un espejo donde el pueblo podía ver reflejadas sus esperanzas, frustraciones y sueños. Su programa “El Gordo de la Semana” no solo fue un espacio de entretenimiento, sino una tribuna donde se debatían los temas más acuciantes, siempre con un toque de humor y humanidad.
Pero Freddy no se quedó en los confines de la comedia; su legado se extendió al ámbito social y político. Fue una voz firme contra la injusticia, un crítico mordaz de los desmanes del poder, y un defensor incansable de los derechos humanos. En cada palabra, en cada gesto, se percibía su amor profundo por su tierra y su gente. Su compromiso social lo llevó a fundar la Fundación Freddy Beras-Goico, un bastión de esperanza para los más necesitados. Freddy Beras-Goico no fue solo un artista; fue un constructor de puentes, un tejedor de lazos invisibles que unieron a una nación en torno a la risa y la reflexión. Su partida dejó un vacío inmenso, pero su legado vive en cada carcajada, en cada reflexión que provoca, en cada acto de bondad inspirado por su ejemplo.

Para homenajear la labor de este gran personaje de la historia dominicana, la ciudad de Nueva York, en el 2016, destacó su gran legado e inmortalizó su trayectoria renombrando en su honor la esquina de la calle 175 y avenida Broadway, con el nombre de “Freddy Beras-Goico Way”. El congresista Adriano Espaillat señaló que: “Algún día nuestras familias podrán caminar por esta calle, y si algún sobrino me preguntara quién fue Freddy Beras-Goico, le podré decir que fue un hombre de trabajo, honestidad y buen corazón”, expresó el congresista. De igual forma, su hijo Giancarlo Beras-Goico realizó el pasado año una película en su honor, “Freddy, La Película”, y aquí nos damos cuenta del gran legado que dejó don Freddy: aparte de tener una gran presencia en el ámbito artístico, dejó en sus hijos una huella indeleble de amor, integridad y pasión.


En la historia dominicana, Freddy es una figura que brilla con luz propia. Su nombre evoca no solo risas, sino también una conciencia despierta, una crítica mordaz y una pasión inquebrantable por la justicia. Freddy Beras-Goico es y será siempre un símbolo de lo mejor del espíritu dominicano: resiliente, ingenioso y profundamente humano.