Beatriz Rodríguez no diseña simplemente ropa; crea relatos que se visten. Su firma, nacida en República Dominicana, es una celebración del oficio, la herencia y la mirada femenina contemporánea. Con el lema “Entre puntadas, trasciende la herencia”, Beatriz teje mucho más que textiles: honra la memoria de su abuela Mercedes, mujer que le transmitió el valor de la elegancia sobria, el trabajo hecho a mano y la nobleza de espíritu.
Cada una de sus colecciones es un homenaje a esa figura de mujer fuerte y sofisticada, reinterpretada con códigos actuales. Su elección de materiales revela una profunda conexión con la textura, la historia y el carácter de cada pieza. “Cada textil tiene una voz”, asegura la diseñadora, y esa voz se transforma en volúmenes, plisados, alforzas o detalles hechos a mano que elevan lo cotidiano a lo inolvidable.


El proceso a medida que ofrece desde su atelier es también un acto íntimo. No se trata solo de vestir cuerpos, sino de traducir emociones. Beatriz entiende que la moda lenta es un lujo, y lo asume como una responsabilidad creativa frente a un mundo que se mueve con prisa. Adaptarse sin sacrificar la esencia ha sido uno de sus mayores logros como emprendedora.


Hoy, su motor es claro: posicionar al diseño latinoamericano –y en especial al dominicano– en la esfera de la alta costura con autenticidad, técnica y alma. Su cápsula más reciente, parte de Journals (Spring/Summer 2025), está pensada para acompañar
los escapes de verano con piezas versátiles y refinadas: camisas y bermudas atemporales, cortes limpios y detalles artesanales que hablan en voz baja, pero con autoridad.




Elegancia en cada puntada
Si Beatriz pudiera definir el “uniforme ideal” de una viajera elegante y consciente, sería un vestido camisero: atemporal, fresco y adaptable. Su Evora Dress lo encarna a la perfección: suave, sobrio, esencial. Como su creadora, combina ligereza con carácter, y se mueve con la gracia de quien conoce sus raíces y camina hacia el mundo con propósito.
Beatriz Rodríguez diseña para la mujer que viaja con alma, que busca belleza con profundidad, y que entiende que la verdadera elegancia siempre empieza desde adentro.
Desde el Caribe, con elegancia
El verano es un escenario para viajar con ligereza, vestir con intención y celebrar lo esencial. En esta temporada donde cada maleta guarda destinos y memorias, hay creadoras que diseñan no solo para el cuerpo, sino también para el alma. Beatriz Rodríguez es una de ellas. Desde su atelier en Santo Domingo, teje herencia, artesanía y elegancia en cada puntada. Su visión trasciende estaciones: es un homenaje a la mujer que se mueve, sueña y permanece fiel a su esencia, incluso al otro lado del mundo.

