Desde temprana edad, Diego siempre fue una persona inquieta, alguien que constantemente necesitaba mantener su mente ocupada con alguna actividad. Para él, el arte no es simplemente una pasión, sino una herramienta esencial para liberar aquellos pensamientos que, de otro modo, se acumularían en su mente. Así, el arte se ha convertido en una necesidad y no solo en una vocación.
Su formación como arquitecto influye de manera profunda en su trabajo artístico. Cada trazo, cada forma y cada volumen están cuidadosamente pensados, siempre en la búsqueda de un equilibrio armónico.
En sus esculturas, prioriza las líneas limpias y las proporciones bien cuidadas, integrando referencias al surrealismo, el diseño de productos y la cultura de los art toys. Estos elementos se combinan para dar a su obra un lenguaje visual único que mezcla diversión y elegancia.
El proyecto de los “Michis” surgió después de “La Camada”, una serie de esculturas de arte para el hogar que fusionan la estética de los art toys coleccionables con un diseño decorativo minimalista.
Esta primera serie, inspirada en un cachorro levantando la pata para “marcar su territorio”, encontró gran aceptación. Tras recibir numerosas solicitudes de amantes de los gatos, decidió crear su contraparte felina.
Los “Michis” mantienen el estilo distintivo de su obra, pero en proporciones y líneas que evocan la gracia, la arrogancia y la elegancia características de los gatos, formando así una colección que convive en armonía con “La Camada” sin perder su propia identidad.