Texto: Luisanna Carrasco ::: Fotografía: Fuente externa
El lujo y la sofisticación se hacen presentes a la hora de mencionar Avra, uno de los restaurantes de comida mediterránea más sofisticados y exclusivos de la Gran Manzana. Este exótico espacio está ubicado en la Sexta Avenida en New York.
Su sobriedad y lujo silencioso brindan al comensal un ambiente acogedor que lo convierte en el lugar ideal para compartir una cena entre amigos, un almuerzo familiar o tener una reunión de negocios.
Su nombre proviene de las ninfas griegas de las brisas, denominadas Aura. Su diseño arquitectónico es único, inspirado en las tabernas costeras griegas, con una atmósfera que evoca el estilo de vida mediterráneo.
Este espacio cuenta con techos altos, columnas cuadradas y elegantes detalles en madera clara, mármol, grandes ventanales que llenan el espacio de luz natural, con plantas de gran follaje boscoso que le dan un toque mágico y recrean un poco la majestuosidad y fantasía de los bosques griegos.
Estando en el corazón de Manhattan, el Avra es popular tanto para ejecutivos que trabajan en la zona como para turistas que visitan New York o asisten a eventos cercanos. Su menú está enfocado en mariscos frescos, pescados traídos directamente desde el mar Egeo, y productos de la más alta calidad. Entre los platos más destacados están los lagostinos gigantes, los pulpos a la parrilla, el branzino y una amplia selección de pescados enteros que se preparan a la carta. También tienen opciones vegetarianas, ensaladas y platillos tradicionales como la moussaka y el tzatziki.
Para aquellos que disfrutan del vino y la cata, el lugar tiene una gran carta de vinos, muchos de ellos importados desde la misma Grecia y otros países, al igual que ofrecen una gran variedad de cocteles artesanales que complementan a la perfección con los sabores frescos de la comida.
En Avra, los comensales podrán disfrutar de una experiencia única en la tranquilidad del Mediterráneo mientras degustan un branzino.
Una de las variedades exóticas de peces que ofrece el mar mediterráneo, con una deliciosa copa de vino blanco de Mykonos que te hará creer que estás en unas vacaciones por las islas griegas.
