El 2024 es un año importante para las artes y los creativos que le dan vida, dominicanos o extranjeros, que encuentran, a través de ellas, un medio para expresarse y dejar plasmadas sus vivencias. Es el año en que llega a Santo Domingo la Feria Internacional de Arte Contemporáneo, a celebrarse en Santo Domingo del 16 al 28 de abril, una iniciativa cultural que, entre sus objetivos, pretende reunir en una misma plataforma a artistas de diversas procedencias, de diferentes categorías y corrientes artísticas.
Uno de estos artistas es Arturo Berned, arquitecto español de vasta trayectoria y escultor reconocido cuya pasión por crear piezas partiendo de formas geométricas le ha llevado a recorrer el globo terráqueo, dejando plasmado, en algunas de las ciudades más importantes del mundo, piezas que son un testimonio de la manera en que Berned experimenta la vida en la ciudad.
Berned se inicia en la creación de piezas escultóricas hace aproximadamente dos décadas, cuando, luego de una larga carrera en la arquitectura que se extendió por casi veinte años, donde tuvo la oportunidad de trabajar proyectos que incluyeron el Estadio Santiago Bernabéu y el Aeropuerto Internacional de Barajas, ambos en Madrid, se despierta en él una cuestionante que le hace poner en perspectiva toda su profesión y lo que quería hacer con ella.
Pero, ¿qué motivó esta transición luego de una trayectoria tan exitosa en la rama profesional que da forma a las grandes urbes? La respuesta, para Berned, es simple, personal e íntima a la vez: “Yo creo que en la vida las decisiones nunca vienen determinadas por una sola razón, son varias razones… después de estos proyectos, empiezo a tener un interés especial en desarrollar la escultura porque los edificios los estaba haciendo con equipos numerosos, con plazos de tiempo muy extensos, y lo bueno que tiene la escultura frente a la arquitectura es la rapidez que hay entre el momento en el que concibes la obra y el momento en que la terminas y la instalas”.
Su reto más grande lo enfrentó en Japón, donde había asumido la tarea de “instalar una serie de esculturas de gran formato, monumentales”, nos cuenta sobre el proyecto, mismo que estaba destinado a un espacio público y para el cual Berned había preconcebido la pieza que quería realizar. Pero su visión de lo que necesitaba hacer cambió luego de veinte viajes a Japón para integrarse en la cultura y conocer más de su gente, su arte, su arquitectura y su forma de vida. “Me di cuenta de que estaba absolutamente confundido en mi planteamiento y empecé de cero a hacer unas esculturas que nada tenían que ver con las que originalmente iban a ir, ni en número, ni en material, ni en forma o tamaño”, recuerda.
Berned visitó la República Dominicana en otoño, con la intención de hacer precisamente eso: relacionarse con el entorno, compenetrarse con su cultura e inspirarse para crear nuevas formas geométricas para su exhibición en la Feria Internacional de Arte Contemporáneo. “Lo hago porque me encanta, por devoción y porque me siento tremendamente estimulado con culturas diferentes”, añade.
Sus obras ocupan espacios importantes en grandes urbes de Reino Unido, México, España, Japón y Estados Unidos. Son el resultado de la manera en que Arturo ve y experimenta la vida, las formas de las ciudades y cómo estas, a su vez, influencian la vida social de los individuos que las habitan.
Con su exhibición en República Dominicana, Berned persigue un objetivo: crear tensión.”Lo primero, y para mi lo más importante, es la tensión, o sea, que cuando alguien se acerca a una de mis esculturas lo que quiero es que esté tensionado, que esté motivado, que reciba un impulso, esto es lo que más me importa. Y luego hay otra cosa que pretendo con mis esculturas, y es que sirvan para entender el espacio urbano y el espacio arquitectónico”, explica.
“Mis esculturas, así lo entiendo, son tremendamente pedagógicas… una escultura en la plaza, o en un espacio interior, lo que pretende con su forma, con su tamaño, sus materiales, su acabado, es mejorar el entendimiento del espacio arquitectónico”, argumenta.
Y, viéndolo desde la perspectiva de la influencia de las artes en la ciudad, Berned reflexiona sobre la importancia y trascendencia de impulsar proyectos culturales que expongan a la sociedad a las artes, argumentando que las artes nos unen y nos hacen mejores seres humanos.
“¿Para qué sirve el arte? Por resumirlo en una reflexión… Creo que una sociedad sin arte, más que una sociedad es un grupo no unido. Sinceramente creo que la única manera en la que podemos hacer de este entorno que tenemos algo mejor, es gracias a iniciativas como esta feria, gracias al arte urbano que sale de los museos y se acerca a los ciudadanos, a las personas que caminan y viven día a día en la calle. Creo, en ese sentido, que el arte es fundamental y necesario”.