La pasión de la abuela Magda Aidelise González de Miguel
En República Dominicana, los nacimientos son mucho más que una simple decoración navideña; son un símbolo profundamente arraigado en la fe y tradición religiosa del país. Estas representaciones del nacimiento de Jesús no solo adornan los hogares, sino que cuentan la historia sagrada que da sentido a la Navidad. Desde pequeños escenarios humildes hasta obras de arte meticulosamente elaboradas, cada nacimiento es una expresión de devoción y creatividad.
En la pequeña sala de una casa llena de recuerdos, se encuentra el nacimiento de la abuela Magda, una verdadera obra maestra que lleva 47 años en constante crecimiento. Este año, su creación ocupa gran parte de su hogar, uniendo figuras coleccionables, montañas de papel y cajas, y relatos que dan vida a la historia del nacimiento de Jesús. Desde los escribas que anunciaron la llegada del Mesías, hasta el humilde pesebre donde descansaba el Niño Jesús, cada detalle es una lección y un regalo que Magda comparte con todo aquel que la visita.
Con una sonrisa llena de orgullo, la abuela Magda nos cuenta cómo inició esta tradición cuando era una joven madre, deseando transmitir a sus hijos el verdadero significado de la Navidad. Ahora, sus nietos participan en este ritual, ayudándola a construir montañas, colocar estrellas y revivir la historia de los pastores y los Reyes Magos.
Uno de los recuerdos más entrañables y cómicos de esta tradición ocurrió hace algunos años, cuando uno de los Reyes Magos desapareció misteriosamente. Su nieto, con una chispa de ingenio, apareció con una figura de rey de Burger King para reemplazarlo. Para sorpresa de todos, Magda lo incluyó en el nacimiento, diciendo: “Hasta en el reino de Dios hay lugar para todos”. Desde entonces, el “Rey de Burger King” se ha convertido en una anécdota que provoca risas y refuerza el espíritu inclusivo de su obra.
Para Magda, su nacimiento no es solo un adorno, sino una misión de fe y amor. Cada año, recibe visitantes con los brazos abiertos, emocionada de enseñar y compartir su dedicación. En su rincón del mundo, esta abuela ha encontrado la manera perfecta de hacer de la Navidad un tiempo de conexión, aprendizaje y profunda alegría. Así, su nacimiento no solo cuenta la historia de Jesús, sino también la suya: una vida dedicada a celebrar y compartir la fe a través de sus manos y su corazón.
