foto de portada: Raul Ruiz fotos submarinas: cortesía de Guillermo Ricart
AVENTURERO
En esta edición dedicada al Medio Ambiente hemos conversado con un hombre que ha recorrido los fondos marinos dominicanos, ha descubierto su historia y ha viajado el mundo explorando las maravillas que esconden los océanos. Dueño de un carisma distintivo, y poseedor de una sensibilidad ambiental que lo ha convertido en un vocero de la conservación de los ecosistemas marinos de nuestra República Dominicana. Hablamos de Guillermo Ricart, Ingeniero Civil, fotógrafo, buzo, escritor, esposo, padre y abuelo; y quien, entre tantos títulos, encuentra el tiempo y espacio para continuar explorando esta pasión.
Sus palabras denotan esa sabiduría que sólo deviene de haber vivido y experimentado la dicha de hacer lo que le apasiona. Nos sumergimos en sus experiencias con una conversación que toca las fibras sensibles de los amantes de la naturaleza. Una entrevista que hemos disfrutado de principio a fin, y cuyo propósito principal es crear conciencia sobre la importancia de preservar los recursos que guardan nuestros fondos marinos.
“La actividad humana ha empujado al borde de la extinción a muchos de nuestros recursos marinos ”.
RITMO SOCIAL: Es ingeniero civil de profesión, cuéntenos ¿cómo llega a involucrarse en la fotografía y la exploración de los océanos?
GUILLERMO RICART: Mis padres fueron dentistas amantes de la fotografía y desde muy temprana edad los ayudaba en los revelados de sus películas y radiografías, permitiéndome ganar un dinero adicional a mi mesada y motivando a que también desarrollara esta pasión.
En la edad adulta, al finalizar un fin de semana en Montecristi con un grupo de amigos fotógrafos, decidimos ir a Cayo Arena. Tenía en mi poder una cámara compacta que podía utilizar bajo el agua y fotografié la maravillosa fauna marina que encontramos en la zona y, a partir de ahí fue una cadena sucesiva de eventos, decidí certificarme como buzo de aguas abiertas y pocos meses después de buzo avanzado.
RS: ¿Por qué el enfoque en fotografías marinas?
GR: Mis abuelos paternos poseían una casa veraniega en la playa de Boca Chica y pasaba todos los veranos, junto a mis primos y amigos haciendo todo tipo de actividades marinas: snorkeling, nado, esquí acuático, navegación con motores fuera de borda, navegación a vela, pesca, pesca con figa, etc. Conociendo así una innumerable cantidad de especies que comúnmente aparecían en la playa y en las dos pequeñas islas aledañas, La Matica y la isla Los Pinos. Cada vez que comentaba sobre la existencia de esas especies en nuestras costas, siempre me indicaban que ya eso no existía, lo que me motivó a fotografiarlas y mostrarlas al público.
RS: ¿Qué se siente estar debajo del agua, rodeado de toda esa belleza que son los ecosistemas marinos?
GR: Bajo el agua se percibe una sensación de paz en un mundo paralelo al nuestro, donde continuamente me sorprendo por la belleza y lo diferente que es al medio en que vivimos. Motivándome, cada vez más, a conocer y mostrar a todos, este maravilloso ecosistema que es desconocido por muchos.
“Al igual que el afamado explorador marino Jacques Cousteau, que la gente protege aquello que ama, pero solo ama, aquello que conoce”.
RS: ¿Qué es lo más sorprendente que se ha encontrado en las profundidades del mar dominicano o de sus experiencias en otros lugares del mundo?
GR: Lo más sorprendente que me he encontrado en las profundidades de nuestro mar ha sido el Pez Murciélago – Shortnose Batfish (Ogcocephalus nasutus), que encontré en las costas de Andrés Boca Chica, es una especie bastante difícil de localizar por su costumbre de estar semienterrado en la arena.
En los lugares que he visitado en el mundo, la especie que más me ha sorprendido fue en indonesia cuando nos encontramos con Los Caballitos de Mar Pigmeos (Hippocampus bargibanti), con un tamaño que no supera los 2 cm, es considerado como uno de los organismos más pequeño del mundo marino.
RS: ¿Qué es lo que usted busca comunicar con sus fotografías marinas?
GR: Somos un país en que la mayoría de sus habitantes vive a espalda del mar y por lo tanto no le interesa el estado de nuestros fondos marinos, motivado quizás, por el desconocimiento de la fauna marina que aún existe y que está luchando por sobrevivir. Con mis imágenes quiero mostrar a todos ese mundo y crearles un sentimiento de amor y pertenencia. Creo, al igual que el afamado explorador marino Jacques Cousteau, que la gente protege aquello que ama, pero solo ama, aquello que conoce.
RS: ¿Qué historias guardan los fondos marinos nacionales?
GR: Nuestra isla, por su posición estratégica en el Caribe, fue el centro del comercio entre España y sus asentamientos en el Nuevo Mundo, creando un flujo significativo de navíos hacia nuestras costas, lo que motivó la existencia de varios cientos de navíos siniestrados, algunos por los ataques de piratas, otros por la ferocidad de nuestras aguas. Entre los que se han podido encontrar tenemos los restos de Nuestra Señora de La Pura y Limpia Concepción, El navío del Capitán Kidd (Cara Merchant), los Galeones Conde de Tolosa, Nuestra Señora de Guadalupe, El Diómede y El Imperial, entre otros, así como hundimientos de nuestros tiempos como El Pablo, El Zingara, El Astron, El Atlantic Princess, el St. George, El Tanya V, El Alto Velo, El Catuán, El Hickory, El Limón, El Capitán Alsina, El Don Quico, que fueron sumergidos con la intención de crear un atractivo turístico o que simplemente sufrieron la furia de los Ciclones del Caribe. Cada uno de ellos forma parte de la historia que guardan nuestros fondos marinos nacionales.
RS: Ha nadado con las ballenas que visitan las costas dominicanas en Samaná; con tiburones en Cuba, con tiburones martillo en Bahamas y con manatíes en la Florida. ¿Qué sintió en el momento que se vio rodeado o al lado de estas criaturas marinas?
GR: Las ballenas con sus saltos y cantos, los tiburones con su imponente presencia, los manatíes con su parsimonia, los delfines con su nado revoltoso, el desenfreno de las rayas Mobulas, el nado majestuoso de las Manta Rayas, el jugueteo de los leones marinos, el nado armonioso de los cardúmenes de peces, la delicadeza de los caballitos de Mar, la inteligencia de los pulpos, en fin, toda la vida marina que he tenido la dicha de conocer, el común denominador de lo que sentí en cada una de estas vivencias, fue la grandeza de nuestro creador.
RS: ¿Hubo miedo en algún momento?
GR: No, solo emoción, respeto y prudencia. Todas son criaturas que su presencia emociona nuestros sentidos, teniendo que respetarlas y tratarlas con la mayor prudencia posible. El mismo riesgo que he tenido con el nado de tiburones, lo he tenido con las ballenas o con las especies venenosas de Indonesia.
RS: ¿Cuál ha sido la aventura marina más impresionante que ha vivido?
GR: Sin duda, mi visita a Indonesia. Estuve navegando en el Mar de Banda durante casi 3 semanas, realizando de 3 a 4 buceos diarios y en todos ellos nos encontramos con especies que solo había visto en películas de Natgeo. Nadé entre cientos de serpientes venenosas, entre cardúmenes de peces que no tenían final, entre ballenas, tiburones toro, tiburones martillos, Manta Rayas, tortugas, cangrejos, nudibranquios, peces narizones, peces de nariz aplastada, peces de colores, pequeñas islas, grandes corrientes, grandes profundidades, paredes profundas, enormes praderas de corales, restos de lava volcánica, en fin, fue una experiencia inolvidable.
RS: Hace unos años lanza su libro “Mar Vivo”, mostrando en sus páginas la vida submarina de República Dominicana, ¿cuál fue la intención detrás de esta publicación?
GR: Nuestra intención fue mostrar de forma sencilla la vida marina que nos circunda, así como las historias que guardan nuestros fondos marinos, tanto para el lector nacional como para el lector extranjero. Sentimos la necesidad de dejar algo que sirviera como parámetro para las próximas generaciones, ya que la literatura existente hasta la fecha mostraba muy técnicamente nuestra vida marina circundante, o simplemente no tenía el alcance descriptivo por zona que logramos con esta publicación.
RS: ¿Tiene planes de publicar algún otro libro de esta categoría, o cualquier otra?
GR: No descarto la posibilidad de realizar otra publicación. Luego de la publicación de “Mar Vivo” Tuve el placer de realizar para el Ministerio de Turismo el folleto titulado “República Dominicana Bajo El Mar”, donde ilustré y describí los puntos de buceo de toda la isla, que fue traducido en varios idiomas y distribuido por el Ministerio de Turismo por todo el mundo.
“Somos un país en que la mayoría de sus habitantes vive a espalda del mar y por lo tanto no le interesa el estado de nuestros fondos marinos, motivado quizás, por el desconocimiento de la fauna marina que está luchando por sobrevivir”.
RS: Fue galardonado con el Gran Premio Solucionista del Año que entrega Grupo Puntacana, ¿qué significó esto para su carrera? Y ¿qué se siente haber sido reconocido por realizar una labor que le apasiona?
GR: Una gran satisfacción y compromiso, porque sentí que mis esfuerzos por documentar nuestra vida marina circundante sirvió de apoyo para fomentar una concientización y un accionar más responsable para con nuestro medio ambiente.
RS: Durante la pandemia, a unos meses de haberse implementado la cuarentena, con miles de millones de personas en sus casas alrededor del mundo, los ecosistemas, tanto terrestres como marinos, estaban presentando una nueva cara. Medios internacionales reportaban que la naturaleza estaba sanando. ¿Hubo alguna diferencia marcada en los ecosistemas marinos antes y después de la pandemia, especialmente en nuestros fondos marinos?
GR: Indudablemente la cuarentena produjo una diferencia en los ecosistemas marinos de nuestro país, que en junio del 2020 pude comprobar al visitar las playas de Bávaro y encontrar, en compañía de unos amigos ambientalistas, la presencia de más de veinte tortugas marinas adultas nadando próximo a la costa, algo completamente inusual previo al período de confinamiento generado por la pandemia.
RS: ¿Han sido sostenibles en el tiempo estas diferencias?
GR: No. Luego de la presencia de turistas y pescadores, este fenómeno desapareció.
RS: Calentamiento global, contaminación ambiental e industrial, desarrollo de proyectos urbanísticos, todos son factores que llegan a dañar, de una forma u otra, a nuestros ecosistemas tanto terrestres como marinos. Hablando en términos de su riqueza, sus especies, ecosistema y el estado en que se encuentra la misma, ¿cómo ve usted la vida marina nacional? ¿Qué peligros enfrentan las especies marinas dominicanas?
GR: Al igual que en toda la zona del Caribe, la veo en constante sufrimiento. La falta de regulación y la creciente demanda de productos marinos, han impulsado una explotación pesquera sin precedentes, aupada por la presencia de modernas embarcaciones motorizadas, la utilización de compresores de buceo, nasas de pesca, balsas en alta mar, pescas nocturnas y otras herramientas de captura masiva, que han motivado una pesca descontrolada, en lugares cada vez más lejanos y profundos, empujando al borde de la extinción muchos de nuestros recursos marinos como las tortugas, el manatí, el coral negro y los peces mayores de arrecife. Si a esta sobrepesca le sumamos los efectos ocasionados por las especies invasoras, el cambio climático, la acidificación de los océanos y el blanqueamiento de los corales, el panorama no es halagüeño y se hace cada vez más necesaria la educación y la transmisión de conocimientos que puedan formar una conciencia y un accionar más responsable para con nuestro medioambiente marino.
RS: En su opinión y experiencia, ¿qué es lo que más daña el ecosistema marino?
GR: La sobrepesca, los residuos plásticos, la acidificación de las aguas y el cambio climático son solo algunos ejemplos de las principales amenazas que acechan a los océanos.
RS: ¿Qué están haciendo las autoridades gubernamentales en temas de medioambiente para mejorar el estado de nuestro fondo marino y las especies que los habitan?
GR: Nuestros fondos marinos están en constantes amenazas tanto locales como globales, siento las acciones humanas las causas de un declive significativo de la vida en los arrecifes de todo El Caribe. En busca de aminorar estos ataques, algunos países del Caribe, incluyendo a República Dominicana, han declarado periodos de veda de especies marinas en su época reproductiva y de otras especies de peces herbívoros, como el pez loro y el cirujano, que son responsables del crecimiento de macroalgas sobre los corales.
En 2021, por decreto del Poder Ejecutivo, se prohibió la captura de una serie de herbívoros arrecifes hasta julio de 2023. Una medida para controlar las macroalgas de rápido crecimiento y así no afectar a los corales.
Un grupo de fundaciones privadas y entidades gubernamentales, como es el caso de Fundemar y la Fundación Grupo Puntacana, entre otras, también han intervenido en el cultivo y trasplantes de varias especies de corales que están siendo afectadas por enfermedades. Una de las especies más afectadas es el “coral pilar”, que se caracteriza por formar estructuras que alcanzan varios metros de altura, las cuales asemejan catedrales submarinas. Estos organismos tardan siglos en crecer, pero desafortunadamente cuando son invadidos por la enfermedad de pérdida de tejido, mueren en pocas semanas.
RS: ¿Cómo puede contribuir un ciudadano con la conservación de los ecosistemas y la vida marina?
GR: Rechazando el consumo o adquisición de las especies en veda, utilizando menos productos plásticos de un solo uso, descartando adecuadamente la basura, aminorando los efectos del cambio climático reduciendo las emisiones de CO2 y el consumo de energía, no comprando productos que se aprovechen de la vida marina, visitando solo los restaurantes solidarios y tiendas de alimentos que ofrezcan productos pesqueros sostenibles, viajando por el mar responsablemente. Cada uno de estos pequeños pasos pueden tener un gran impacto en la conservación de los ecosistemas y la vida marina.
“La falta de regulación y la creciente demanda de productos marinos, han impulsado una explotación pesquera sin precedentes”.
RS: Ha viajado el continente y se ha sumergido en las aguas de México, Cuba, Indonesia y Estados Unidos, ¿cuéntenos de estas experiencias y cómo se diferencia la vida marina dominicana de lo que usted pudo observar en esos lugares?
GR: Cada ecosistema marino del mundo tiene su particularidad. La vida marina del área del Pacífico presenta características diferentes a las que se pueden encontrar en el Atlántico y El Caribe. La evolución de las especies, la composición de las aguas y hasta el impacto de los fenómenos atmosféricos han motivado esas diferencias. Tenemos como ejemplo el efecto que ocasionó la penetración del pez León en el Caribe, una especie del Pacífico que por no poseer depredadores naturales en la zona, se propagó de tal forma que por su voracidad ha sido capaz de poner en peligro nuestros fondos marinos. Debido al origen del área del Caribe poseemos más de 90 especies de corales pétreos y varias centenas de peces que solo se encuentran en nuestros mares. Indudablemente, existen localidades que presentan una abundancia de vida marina mayor que en nuestras costas, motivado principalmente por la implementación de regulaciones acertadas como es el caso de Cabo Pulmo en México, donde luego de varios años de perseverancia con la protección de la zona los resultados han sido espectaculares.
RS: ¿Qué mitos existen sobre la vida marina que deben ser desmontados o desechados?
GR: El mayor mito sobre la vida marina que debemos desmontar es sobre la mala reputación que tienen los tiburones. Los pintan como asesinos en serie, alimentando la creencia de que estas criaturas nos acechan en las profundidades. Se encuentran en todos los océanos del mundo pero los ataques son extremadamente raros, de hecho, es más probable que te caiga un rayo a que te ataque un tiburón.
No todos los tiburones son grandes, voluminosos y con forma de torpedo como los que vemos en las películas. En realidad, existen más de 400 especies diferentes de tiburones, con una variedad de formas y tamaños que van de tan solo 8 pulgadas hasta el enorme tiburón ballena con 40 pies de largo. Las historias sensacionalistas los venden como depredadores del ser humano, siendo éstos con mayor frecuencia, las víctimas.
Cada año, millones de tiburones son asesinados para satisfacer la demanda de sus aletas, las cuales terminan en un plato de sopa y se comen como un símbolo de estatus. La demanda de aletas ha fomentado la pesca excesiva e ilegal a tal grado que las poblaciones de tiburones en todo el mundo se han reducido significativamente.
RS: Hace unos meses se colocó en el fondo de la Bahía de Sosúa una estatua de Atabey, esa figura taína que está tan arraigada en nuestra cultura. Fue una iniciativa controversial, criticada por gran parte de la población. Cuéntenos, ¿cuál es el objetivo de este tipo de iniciativas?
GR: El objetivo es crear un arrecife artificial que fomente el incremento de la biomasa marina y facilite la reproducción de las especies, además de generar un atractivo turístico para el buceo recreativo.
La controversia que se generó fue de origen religioso. Soy católico practicante y apoyo 100% la iniciativa de crear arrecifes artificiales, ya sea utilizando figuras de nuestro acervo cultural o de cualquier otro motivo.
No es la primera vez que se colocan figuras taínas en nuestros fondos marinos. En Punta Cana existe el Museo Submarino Igneris Caribe Taíno, con 22 esculturas creadas por el artista plástico Thimo Pimentel, que yacen bajo el agua a una profundidad de tres a siete metros y son visitadas por los turistas que frecuentan la zona.
Este tipo de intervención existe en diferentes lugares del mundo, algunos con decenas de figuras humanas representando diferentes aspectos cotidianos como, personas rezando, leyendo el periódico, sentados en bancos, niños jugando pelota, montando bicicleta, etc. Otros han sumergido figuras de sirenas o de Cristo con los brazos abiertos, todos ellos concebidos para la preservación y conservación del medio marino, construidas con un hormigón de PH neutro y materiales que no afectan al fondo marino ni a la flora y fauna de la zona.
“Es de crucial importancia contar con una educación ambiental que empodere a la comunidad y logre crear conciencia entre todos nuestros ciudadanos”.
RS: Pertenece a Foto Guardianes, una organización sin fines de lucro que busca promover la conservación de la naturaleza nacional a través de la fotografía, ¿cómo llega a formar parte de esta iniciativa y cómo ha sido su experiencia como parte de la misma?
GR: Fui invitado a formar parte del grupo fundador por su presidenta la Sra Mayra Johson, una de las personalidades más representativas de la historia del arte dominicano en el ámbito de la fotografía, sintiéndome orgulloso de pertenecer a tan exclusivo grupo donde, en compañía de personas como Doña Rosa Margarita Bonetti, Gibel Orsini de Jiménez, Pedro Genaro, Marvin Del Cid, Eladio Fernández, Ricardo Briones, Leo Salazar, Yolanda León y José Alejandro Álvarez, tenemos la responsabilidad generar conciencia en la población sobre los valores ecológicos, sociales y económicos de los recursos naturales, utilizando como herramienta la fotografía de naturaleza, con la finalidad de promover acciones a favor de su conservación en todas sus manifestaciones.
RS: ¿Cuál es la especie marina más bella que ha visto en nuestros fondos marinos?
GR: La Raya Águila Moteada o Chucho (Aetobatus narinari). Es una raya con cuerpo romboidal que puede llegar a medir hasta 5 m de largo y 3 m de ancho. Su nado es grácil y rápido, pareciendo volar entre el agua, pudiendo dar saltos sobre la superficie del mar y elevarse a gran altura en el aire.
Su superficie dorsal es oscura y está cubierta de manchas o anillos blancos. Este Patrón de manchas es como la huella dactilar de cada ejemplar, porque no hay dos iguales.
RS: Si tuviera que recomendar una experiencia marina que se deba vivir al menos una vez en la vida, ¿cuál sería?
GR: El nado en el Banco de La Plata con las ballenas Jorobadas.
Una de las experiencias más gratificantes que he tenido en mi vida es haber nadado al lado de ellas y ni se diga de cuando sentí en mi pecho las vibraciones del canto de una ballena macho cortejando a la hembra.
RS: Háblenos del océanoGR: Más de dos millones de especies marinas documentadas llaman al océano su hogar. Cubren más del 70% de la superficie de la tierra y son una fuente de alimento, transporte, recreación, medicinas y de energía, entre otras. Sin embargo, están sufriendo debido a nuestras actividades cotidianas. Las aguas residuales y basuras de nuestras ciudades terminan diariamente en nuestros océanos. Dañar nuestros océanos es dañar nuestros hogares, bienestar y nutrición. De la misma manera que tenemos el poder de dañar el océano, tenemos el poder de establecer políticas y modificar nuestro propio comportamiento, de manera que sea una póliza de seguro para el futuro del mar, para las criaturas que viven en él y para nosotros mismos. Es de crucial importancia contar con una educación ambiental que empodere a la comunidad y logre crear
Confesiones íntimas
Nombre completo: Guillermo Julio Ricart Reyes
Un apodo: Guille
Pasatiempos favoritos: Viajar y tomar fotografías de la arquitectura y de la naturaleza.
Un Género Musical: Jazz
Un libro: Juan Salvador Gaviota de Richard Bach
Una memoria de la infancia: Los veranos en Boca Chica
Lo que más disfruta de su vida: El compartir en familia
Una curiosidad sobre su personalidad: Temor a morir ahogado