SOLIDARIAS
En la provincia La Romana, Fundación MIR es un referente de calidad establecido, trabajando por una mejor educación para niños y adolescentes de esta provincia costera de la región este donde por más de dos décadas, esta importante organización ha venido formando ciudadanos en valores, impulsando iniciativas benéficas para continuar expandiendo su impacto en la infancia, adolescencia y en la educación para la mujer romanense.
Detrás de esta iniciativa se encuentra un nombre que es referente de solidaridad: Lian Fanjul, una mujer con una inmensurable sensibilidad humana que ve en la niñez oportunidades infinitas; oportunidades de trabajar en la formación de entes sociales que den forma a un futuro más próspero, utilizando la educación como herramienta para redireccionar el rumbo de la historia de las comunidades vulnerables de La Romana.
Caribeña, de nacionalidad cubana y dominicana de corazón
Llega a la República Dominicana como enviada de Dios, y siente la necesidad de ayudar, comenzando a trabajar con la mujer de la provincia. “Cuando llegué a esta nueva patria donde Dios me envió, de una isla a otra, la primera necesidad que tuve era ayudar a las mujeres”, recuerda.

Es así como identifica la necesidad de trabajar con y para la juventud dominicana. “Después vi que había que educar a los niños también. La educación es lo más importante que se puede regalar a los niños, es lo que les garantiza un mejor futuro”, agrega.
Desde sus inicios, la organización ha impactado la vida de miles de jóvenes que hoy son ciudadanos que contribuyen a construir una sociedad más rica en valores. “Gracias a la ayuda de Dios, y toda la gente tan generosa que nos apoya, hemos crecido inmensamente, empezamos a trabajar con 40 niños y hoy tenemos 2,300 niños y niñas de 3 a 18 años”, detalla.
Y es que su principal motivación es aportar a la formación de hombres y mujeres dignos, impactar su calidad de vida y entregar a la sociedad dominicana ciudadanos educados, más humanos. “Cuando estoy en los diferentes lugares de La Romana o Casa de Campo, y encuentro graduados de Mir en el hospital, hotel o cualquier industria, eso es lo mejor para mí”, revela.
Pero el impacto de esta labor social repercute más allá de la educación. Como parte del programa creado por la fundación, se ofrecen servicios de odontología, pediatría, enfermería y psicología, asegurando así la salud integral, física y mental de los niños y niñas de la institución.
Junto a su hija, Lyanne Azqueta Fanjul, quien funge como vicepresidenta de Fundación MIR, continúa encaminando la misión y visión de la organización a nuevos horizontes, extendiendo el impacto de esta labor que tanto le apasiona hasta las comunidades más necesitadas de la provincia La Romana.

“Gracias a mi hija, que tiene toda la preparación para poner en práctica, quiero que se extienda esta labor desde mi hija a mi nieta, y que sigan adelante, que sigan ayudando porque ellas se han criado aquí en La Romana”, nos cuenta sobre el futuro de la organización y la labor de MIR en la vida de la sociedad romanense.