Texto: Joel Peralta Fotografía: Alexander Mora
¿Qué te llevó a especializarte en psicología perinatal?
Llegué a la psicología perinatal desde mi propia historia. Después de años siendo madre, inicié una nueva relación con alguien que deseaba tener hijos. Fue una encrucijada emocional. Elegí quedarme y abrirme a una nueva maternidad, muy distinta a la primera. Ya no era la misma mujer. Tenía una vida profesional, heridas previas, una mirada más consciente… y también miedo de volver a empezar a criar.
Mi segundo embarazo fue muy diferente al primero; en este sentí cómo una parte de mi identidad se desdibujaba. Tuve que hacer una pausa en mi crecimiento profesional y esa pausa se siente como pérdida: de libertad, de claridad, de una misma. Todo esto se vive en silencio, porque aún se espera que la maternidad se viva con dicha absoluta.


Mi embarazo estuvo marcado por la incertidumbre, y mi bebé nació con una infección pulmonar severa. El miedo fue brutal. Pero en medio del caos, la figura de mi esposo fue mi sostén. Esa Navidad, cuando nos entregaron a nuestro hijo, entendí lo frágil y poderosa que puede ser una madre.
Y entonces lo vi claro: no todas las maternidades se viven igual y todo cambio afecta a todas de maneras diferentes. En RD, el área perinatal necesitaba de profesionales. Me formé, primero para sostenerme… luego para sostener a otras. Hoy combino mi experiencia clínica con la vivencia real de haberme roto y haber vuelto a reconstruir una mejor versión.
¿Cómo surge el proyecto “Por Ser Mamá”? ¿Cuál fue tu motivación principal?
Por Ser Mamá nació de esa urgencia. Empecé compartiendo lo que me ayudaba, y entendí que muchas mujeres estaban atravesando lo mismo. Quería crear un espacio donde educar, acompañar y sostener. Nuestro lema lo resume todo: si mamá está bien, bebé también. Lo construimos en comunidad, con profesionales de distintas áreas, y muchas mujeres generosas que creen en este propósito. Es más que una plataforma: es un abrazo colectivo.


¿Por qué crees que aún existe tanto silencio o tabú alrededor de la salud mental materna?
Porque todavía se espera que la maternidad sea vivida desde el agradecimiento y la plenitud, y se invisibiliza todo lo que duele. El miedo, el cansancio extremo, la pérdida de identidad o las dudas no tienen mucho espacio para ser contadas. Muchas mujeres no se atreven a decir que no están bien, por miedo a ser vistas como débiles o como “malas madres”.
También hay un gran desconocimiento: aún no se habla lo suficiente de cómo los cambios emocionales y psicológicos que vive la madre impactan directamente en el desarrollo del bebé. La salud mental materna no es un tema individual, es un tema de salud familiar y social.
¿Cómo equilibras la ciencia de la psicología con la empatía y la experiencia humana?
Antes de ser psicóloga, estudié publicidad. Siempre me gustó crear cosas que hicieran sentir bien a los demás. Pero fue en medio de una crisis personal siendo mamá joven, separándome y sintiéndome perdida que conocí la terapia. Y ahí todo cambió. Viví en carne propia lo que puede hacer el acompañamiento correcto: te cambia la vida.


Ahí supe que quería dedicarme a esto. Hoy, la ciencia me da las herramientas para ayudar, pero es mi historia la que me permite mirar a las personas con empatía real. Porque sigo siendo humana. También tengo días difíciles, también caigo y me levanto. Y creo que solo cuando aprendemos a mirar con amor nuestras propias heridas, podemos sentarnos frente a otro ser humano y entender su dolor de verdad.
Para mí, eso es hacer psicología con el corazón: unir el conocimiento con la compasión, para que la persona que tienes al frente se sienta vista, sostenida y comprendida.
¿Qué mensaje te gustaría dejarles hoy a las madres que sienten que no pueden con todo?
Quiero decirte algo desde el corazón: no tienes que poder con todo. Ser madre no significa ser invencible. Es un proceso profundo, transformador… y sí, muchas veces abrumador. No estás rota. No estás fallando. Estás cambiando, creciendo, dando vida dentro y fuera de ti.
Y es importante entender que todo influye: cómo vivimos el embarazo, cómo parimos, si nos sentimos respetadas, si podemos lactar en paz, si hay alguien que nos escuche, si tenemos con quién llorar o a quién pedir ayuda. No es solo un tema emocional, ni solo físico. Es todo junto. La maternidad necesita una mirada integral, donde cuerpo, mente, entorno y vínculos trabajen a favor de la mujer.


Por eso mi invitación es a que busques tu red. Una verdadera red. Personas y espacios donde puedas volver a ti, reconectar contigo y sentirte sostenida. Recuerda: si tú estás bien, tu bebé también.
Por Ser Mamá existe para recordarte que no estás sola. Porque por ser mamá te reconstruyes, te reencuentras… y también aprendes a amarte desde otro lugar y así ser esa versión de mamá que tus hijos merecen. Cuidarte es esencial para cuidarlos a ellos.
Estefani Bonetti. Terapeuta, conferencista y mamá, te guía a encontrar el equilibrio entre mente, cuerpo y emociones. Crea experiencias transformadoras para reconectar con tu felicidad y soltar lo que te aleja de ella.