Ubicado en el emblemático segundo piso de la Torre Eiffel, Le Jules Verne no es un restaurante común, es una experiencia gastronómica y sensorial inigualable. Celebrar el Año Nuevo en este lugar ofrece una combinación única de gastronomía refinada, vistas espectaculares y un ambiente festivo que convierte la noche en un evento memorable.
Cocina gastronómica, refinada y gráfica
Le Jules Verne destaca por su cocina gastronómica, refinada y gráfica. Bajo la dirección del chef Frédéric Anton, el restaurante ofrece platos que son una obra de arte, tanto en sabor como en presentación. Anton combina su deseo por la cocina refinada con su pasión por la estética, creando platos que interactúan con la arquitectura de la Torre Eiffel. Cada creación es una sinfonía de sabores y formas que evoca los detalles prácticos y la magnificencia del icónico monumento parisino.
El talento del chef Frédéric Anton
El chef Frédéric Anton es una figura destacada en la nueva generación de chefs franceses. Su carrera ha estado marcada por el aprendizaje junto a grandes maestros de la gastronomía como Gérard Veyssière, Robert Bardot y Joël Robuchon. Tras tomar el mando de Le Pré Catelan, Anton ganó tres estrellas Michelin, manteniendo su excelencia durante once años. Además, recibió el prestigioso premio de Mejor Obrero de Francia en el año 2000, consolidando su posición como uno de los chefs más brillantes de Francia. En Le Jules Verne, Anton sigue deslumbrando a los comensales con su habilidad para transformar ingredientes simples en experiencias culinarias extraordinarias.
Un equipo de excelencia
Para alcanzar su ambición de una cocina excepcional, Frédéric Anton se ha rodeado de un equipo de talentos sobresalientes. Desde el jefe pastelero hasta el jefe sumiller, cada miembro del equipo celebra la gastronomía francesa en su forma más pura. Este equipo, unido por una pasión común por la excelencia, garantiza que cada plato servido en Le Jules Verne sea una obra maestra de sabor y presentación.
Código de vestimenta: elegancia y sofisticación
Para mantener la atmósfera de exclusividad y elegancia, Le Jules Verne requiere una vestimenta adecuada. El traje chaqueta es obligatorio para los caballeros, y no se permiten pantalones cortos ni ropa deportiva. Este código de vestimenta asegura que todos los comensales contribuyan a la atmósfera sofisticada y festiva del restaurante, creando un entorno ideal para una celebración memorable.
¿Por qué elegir Le Jule Verne como destino de año nuevo?
Ofrece una vista inigualable de los fuegos artificiales. La ubicación en la Torre Eiffel ofrece una de las mejores vistas de los fuegos artificiales de Año Nuevo sobre París. La perspectiva desde esta altura proporciona un espectáculo impresionante y único.
Su exclusivo menú para la ocasión de Año Nuevo, el chef Frédéric Anton crea un menú especial que incluye platos exclusivos y exquisitos maridajes de vinos, garantizando una experiencia culinaria única y memorable.
El sofisticado y exclusivo ambiente durante Año Nuevo es festivo y sofisticado, con decoraciones especiales y un entorno elegante que realza la celebración. La combinación de luces, vistas y música crea una atmósfera mágica.
Experiencia única para celebrar el Año Nuevo en uno de los lugares más emblemáticos de París aporta una sensación de exclusividad y lujo, ofreciendo una oportunidad para disfrutar de una noche especial en un entorno icónico.
Alto servicio de calidad durante las celebraciones de Año Nuevo, el servicio en Le Jules Verne se esmera aún más en proporcionar una experiencia impecable, asegurándose de que cada detalle esté perfectamente cuidado.
Más los inolvidables recuerdos, combinación de una cena exquisita, vistas espectaculares y un ambiente festivo crea recuerdos duraderos que permanecerán por muchos años.
Elegir Le Jules Verne para la noche de Año Nuevo en París ofrece una experiencia única y extraordinaria que combina la mejor gastronomía francesa con una vista incomparable de la Ciudad de la Luz en uno de sus momentos más brillantes y celebrados del año.
