El vestuario utilizado en la realeza, tanto como en la política, no se elige al azar. Detrás de cada pieza hay un mensaje oculto, y en el caso de la reina Isabel II ella sabe muy bien comunicar a través de sus broches en cada ocasión.
Broches Gemelos o conocidos como los aguamarinas de Boucheron. Estos fueron un regalo de sus padres, el rey Jorge VI e Isabel Bowes-Lyon, cuando cumplió 18 años. El Reino Unido estaba sumido en el conflicto bélico.

Broche de turquesa y diamantes. Esta pieza perteneció a su abuela paterna, la reina María de Teck, quien durante la Primera Guerra Mundial se preocupó por la salud de su marido, el rey Jorge V, y visitó en varios ocasiones a los heridos en el hospital.
Broche del dolor. Es conocido con este nombre debido a que fue la pieza que usó la reina madre para el funeral de su marido, en 1952. Es de diamantes con forma de hoja de palma heredado por su madre. Lo utilizó en un encuentro con Melania y Donald Trump. Esta elección no agrado a los acompañantes del presidente.
Broche de zafiros de diferentes tonos de azul que forman un copo de nieve. Lo utilizó al reunirse con los reyes de Bélgica. Fue un regalo del gobierno de Canadá por el Jubileo de Zafiro de la reina Isabel, que se festejó en 2017.
Este mismo broche lo llevó poco tiempo después de conocerse el abandono de sus funciones por parte de los duques de Sussex. El uso del broche en este momento creó confusión, pues no se sabe si fue una muestra de agradecimiento al país que acoge la familia de su nieto o una señal de aprobación a ellos.