Los momentos de tensión y espera en el Vaticano han culminado; el ocho de mayo es una fecha que ha quedado grabada en la historia con la elección del nuevo Papa, el cardenal estadounidense Robert Francis Prevost, quien adoptó el nombre de León XIV. Prevost marcó un hito al ser el primer pontífice nacido en Estados Unidos.
Un Papa multicultural
León XIV nació en Chicago en 1955, de ascendencia francesa y española. Su formación académica abarca estudios en matemáticas, filosofía y teología. En 1977 ingresó al noviciado de la Orden de San Agustín, y para el año 1981 profesó sus votos solemnes. Fue ordenado sacerdote a la edad de 26 años.
Prevost, de 69 años, llegó a Perú en una misión agustiniana en 1985, tan solo tres años después de ordenarse sacerdote, y regresó en 1988 para dirigir el seminario agustiniano de la ciudad norteña de Trujillo durante diez años.
En 2014 volvió al país como administrador apostólico de la Diócesis de Chiclayo y luego fue obispo de esa localidad del norte peruano. Precisamente, según RPP, tras ser nombrado en estos últimos cargos, se nacionalizó peruano para cumplir uno de los concordatos entre la Santa Sede y Perú.
También formó parte de la Conferencia Episcopal Peruana (CEP) entre 2018 y 2023, de la que fue vicepresidente segundo, y fue administrador apostólico del Callao, la provincia portuaria anexa a Lima, entre 2020 y 2021.
Además, era presidente de la Pontificia Comisión para América Latina y desde 2023 fue llevado a Roma por el papa Francisco, al que era muy cercano, para dirigir el Dicasterio para los Obispos, una posición clave dentro de la administración eclesiástica, con una amplia red de contactos dentro de la Curia Romana.
Elección como sumo pontífice
El cónclave que lo eligió concluyó tras cuatro votaciones, siendo su elección anunciada a las 18:07 horas mediante la tradicional fumata blanca desde la Capilla Sixtina. Su perfil moderado y su capacidad de mediación fueron factores determinantes para alcanzar un consenso entre los cardenales.
En su primer mensaje «Urbi et Orbi», el Papa León XIV expresó gratitud, humildad y un firme compromiso con la unidad y la paz global.
Los desafíos que enfrenta el Papa León XIV
Uno de los baches más significativos es la división interna en la Iglesia; la polarización ideológica entre sectores conservadores y progresistas requiere un liderazgo que promueva la unidad y el diálogo.
La disminución de vocaciones sacerdotales y religiosas en diversas regiones del mundo plantea la necesidad de nuevas estrategias pastorales.
La pérdida de influencia de la Iglesia en sociedades cada vez más secularizadas demanda una renovación en la evangelización y el testimonio cristiano.
Continuar las reformas iniciadas por sus predecesores para garantizar la transparencia en la gestión económica y erradicar los abusos dentro de la Iglesia.
Además, se espera que aborde temas doctrinales sensibles como el papel de la mujer en la Iglesia y los derechos del colectivo LGTBI, áreas donde su antecesor, el Papa Francisco, inició reformas controversiales.
Un pontificado con esperanza
La elección del Papa León XIV representa una esperanza renovada para muchos fieles. Su experiencia multicultural, su trayectoria pastoral y su enfoque moderado lo posicionan como un líder capaz de guiar a la Iglesia en tiempos de cambio y desafío.
En sus primeras palabras tras aparecer en el balcón central de la Basílica de San Pedro, León XIV se dirigió al mundo con voz serena y gesto humilde:
«Queridos hermanos y hermanas, que la paz de Cristo reine en nuestros corazones. Vengo como un peregrino de unidad, con la esperanza de servir a todos sin distinción. Pidamos juntos al Señor sabiduría y caridad para caminar como un solo pueblo de Dios».
Estas palabras marcaron el tono de un pontificado que se perfila como pastoral, conciliador y profundamente humano. Con humildad y determinación, León XIV inicia su pontificado con el objetivo de fortalecer la fe, promover la justicia y ser un puente de unidad en la diversidad de la Iglesia Católica.
