“Un padre es alguien que se responsabiliza de aquello que da sentido a su vida: su familia”.
Un padre es mucho más que una figura de autoridad en el hogar; es un guía, un mentor y un amigo. Su influencia en la vida de sus hijos es profunda y duradera, moldeando sus valores, su carácter y su visión del mundo. Un padre es quien enseña a sus hijos las primeras lecciones de vida, desde montar en bicicleta hasta enfrentar los desafíos con valentía y determinación.
Desde el primer susurro de cuna hasta las conversaciones bajo un cielo estrellado, un padre enseña no solo con lecciones, sino con el ejemplo de su vida. Es el héroe sin capa que enfrenta dragones invisibles, y el arquitecto que construye puentes entre sueños y realidades. Su mirada es un espejo donde los hijos descubren su propio valor, y su risa, una melodía que armoniza las alegrías familiares.
Un padre no solo da vida, sino que la enriquece con historias, aventuras y principios. Su presencia es un ancla en los días de tempestad y un impulso en los momentos de calma. Pero un padre no solo es guía y protector; es también un compañero de juegos, un narrador de historias y un creador de recuerdos. Las aventuras compartidas, las risas y los momentos de complicidad forman un vínculo único y especial que perdura a lo largo de los años.
Un padre deja una huella imborrable en el corazón de sus hijos, una presencia constante que les acompaña y les inspira, recordándoles siempre que no están solos en su viaje. Sus enseñanzas, que antes parecían simples, se revelan como profundas verdades. Y así, al formar nuestras propias familias, descubrimos que el ciclo continúa, transmitiendo a nuestros hijos la esencia de lo que aprendimos, convirtiéndonos nosotros también en esos árboles que ofrecen sombra y sustento.
Para esta edición, tuvimos la oportunidad de conocer cómo algunas personalidades ven a padres de gran renombre para la cultura e historia dominicana. Cuando nos remontamos a la historia de empresarios dominicanos y mencionamos el nombre de don Pedro Rivera, las palabras se nos quedan cortas para describir a semejante ser humano que dejó un legado fructífero, marcado por la resiliencia y una gran labor. Una de sus hijas, Jannewty Rivera, nos dice: “Mi padre era mi todo. Era mi guía, mi mentor, mi inspiración, mi apoyo. Como cuando te preguntan: Dime el personaje de la historia que más admires… ese era papi para mí”, y aquí nos damos cuenta que, aparte de un gran empresario, era un padre excelente que impregnó en sus hijos valores de familia y compromiso, y fue y sigue siendo una gran fuente de inspiración.
En el ámbito de la comunicación, el nombre de José Guillermo Sued resuena por ser una persona ejemplar, que con su trabajo ha logrado grandes cosas y que hoy vemos esa gran pasión y dedicación reflejados en su hija, Pamela Sued, quien describe a su padre como uno de los seres más importantes de su vida. “Desde siempre ha sido mi protector, mi guardián y lugar seguro. Mi padre es mi modelo a seguir y referente en el oficio de la comunicación y mi gran amor en un plano más íntimo y personal. Doy gracias a Dios por permitirme tenerlo conmigo y por todas las enseñanzas que he recibido de él”. Su historia ciertamente nos ha marcado y su perseverancia ha servido de ejemplo para muchos.
Transportándonos al ámbito turístico, empresarial y medioambiental del país, la familia Rainieri resuena por sus grandes valores y dedicación para elevar al país a un nivel internacional. Con Frank Rainieri como figura paterna y la cabeza de este gran grupo que ha aportado cientos de cosas a los dominicanos, sus hijos se llenan de orgullo hablando de este empresario y padre ejemplar. “Con ejemplo nos enseñaste a trabajar arduamente, a preservar nuestros valores, a devolver a la comunidad y trabajar para construir una mejor sociedad, un mejor país. Nos inculcaste el valor de la austeridad en tiempos de vacas gordas, porque siempre has sabido que los tiempos de vacas flacas llegan. Nos enseñaste a trabajar en equipo y, más importante, lo que se puede lograr cuando se tiene un gran líder. Con tus manos hiciste de unas playas perdidas este paraíso terrenal donde hoy todos quieren estar. Pero más importante aún: nunca dejaste a tu familia detrás. Crecimos de la mano de este gran sueño que es parte vital de nuestras vidas, un proyecto sustentado en la fe y el amor. He ahí la clave del éxito… Agradezco cada día junto a ti; qué dichosa he sido de tenerte como padre, abuelo y guía, y que orgullosa me siento de ser tu hija”, comenta Paola Ranieri acerca de su padre.
