Las madres son los seres maravillosos que, gracias a ellas, podemos dar el primer respiro de vida; es el primer universo que conocen los infantes, un refugio seguro y la brújula que sirve de guía durante toda la vida.
Son ejemplos vivos de amor incondicional, tejen sueños, son maestras que enseñan a volar a sus polluelos, ayudándoles a extender sus alas; fungen como un faro de luz en la oscuridad y fuentes de sabiduría inagotables.
Pero existen distintos tipos de madres, con características muy marcadas y opuestas: algunas muy diligentes y fuertes, otras más calmadas y pausadas, pero siempre al cuidado de sus seres queridos.
Madres alfas
Son mujeres muy activas que se han encargado de organizar su tiempo; no se les pasa nada, desde el recital de ballet de uno de los más pequeños de sus retoños hasta las maquetas que hay que entregar para la clase de ciencias de los más adultos. Ellas siempre tienen todo al pendiente y, en ocasiones, suelen ser muy imponentes y algo rudas. Pero siempre están al pendiente de sus hijos y la familia.
Son un pilar imprescindible al momento de tomar decisiones y pueden quedar como las más estrictas dentro de los roles; no buscan validación externa y tienen una autoestima sólida. Son muy independientes, pero buscan ayuda cuando la necesitan. Saben poner límites claros, disciplinan con amor sin ser extremadamente autoritarias y logran compaginar sus metas personales sin descuidar su rol de madre. Pero lo más importante es que defienden a su familia ante cualquier situación, amenaza o injusticia.
Madres zen
Las madres zen son mujeres pacíficas y conectadas con la naturaleza, aquellas que no se turban si lo planeado no se ajusta al plan; al contrario, se abren al cambio con mucha facilidad. Su pilar principal es la armonía emocional; su filosofía del mindfulness busca educar a sus hijoscon aceptación, paciencia y equilibrio, alejando el estrés y el caos de la vida moderna.
Siempre viven el “aquí”, el “ahora”, disfrutando de los momentos que le ofrece la vida con sus niños. Respira antes de reaccionar a cualquier situación, por eso nunca pierden la calma por más grave que sea; escuchan verdaderamente a sus hijos, validando sus emociones y ayudándoles en los temas complicados. Dejan que la vida fluya y enseñan a sus hijos a ser resilientes y enfrentar los problemas sin dramatizar, además de respetar el ciclo y el tiempo de aprendizaje. Aunque suelen ser suaves, tiene sus límites definidos y saben cuándo ser estrictas y cuándo no.
Madres todoterreno
Son mujeres versátiles, resilientes y aprenden sobre la marcha; son madres, pero también saben que son féminas y se enfrentan a lo que venga con creatividad y un buen sentido del humor. Es un ejército de un solo soldado y combina lo mejor de varios estilos de crianza.
Ella es el tipo de madre que sus retoños necesitan; puede ser una organizadora muy acérrima, una animadora, la coach de fútbol, la mayor fan y, en ocasiones, la más estricta, pero siempre dará todo por sus hijos. Es negociadora profesional y, aunque no lo sabe todo, intenta resolver sin dramas.
Les enseña a sus hijos que lo más importante es buscar la solución a esas circunstancias; además, sabe vivir su feminidad al máximo, tiene no negociables y no se culpa por tener espacio para ella.
